Respuesta inmunológica en cerditos recién nacidos de madres vacunadas con las cepas K88, K99, F41 y 987P de Escherichia coli

Abstract

Ten Yorkshire sows with variable numbers of previous parturitions were divided into two equal groups to test two treatments. Five sows were injected with a vaccine against the strains K88, K99, F41 and 987P of Escherichia coli at five and two weeks prior to farrowing while the remaining 5 were injected with a placebo. All the sows were bled via jugular puncture before each injection and at 24 hours, 48 hours, 7 days, and 21 days post – partum. All of the piglets born to them were also bled at 24 hours, 48 hours, 7 days, and 21 days after birth. Blood serum was obtained by centrifugation and stored at 4.0oC until analyzed. An ELISA (Enzyme Linked Inmunoabsorbant Assay) test was used to determine antibody titers in serum of IgM, IgA, and IgG. Results demonstrated a significant P < 0.05 rise in serum immunoglobulins M and A levels in the sows that were vaccinated for E. coli and their piglets. Immunoglobulin M, A and G were found to be affected by a direct correlation with their initial concentration and the initial concentration of IgA and IgG were found to be affected by the number of parturitions in the sows. Levels of immunoglobulins for piglets showed a significant value of difference between those from vaccinated sows and unvaccinated sows. The average level of immunoglobulins more than double for those from vaccinated sows and unvaccinated sows. A gradual decline during the first 3 weeks post-partum was found, but this trend was slower in the piglets born to vaccinated sows. However, under the conditions of good management and hygiene that prevailed in this study, no significant positive effect of the vaccination was found in regard to pre-weaning mortality, number of piglets weaned, or body weight gain. The results support the hypothesis that the passive immunity of piglets can be enhanced by vaccination of the dam prior to farrowing, which should provide improved protection against colibacillosis.

Diez cerdas de la raza Yorkshire se dividieron al azar en dos grupos de cinco cerdas cada uno. Un grupo fue vacunado contra las cepas K88, K99, F41 y 987P de E. coli a las 5 y 2 semanas antes del parto mientras las otras cinco fueron inyectadas con un placebo bajo el mismo régimen de tiempo. Cada cerda fue sangrada vía punción yugular antes de ser vacunada en ambas ocasiones y a las 24 horas, 48 horas, 7 días y 21 días post – parto. Todos los cerditos nacidos fueron sangrados a las 24 horas, 48 horas, 7 días y 21 días de nacidos. Se separó el suero sanguíneo por centrifugación y se mantuvo a una temperatura de 4.0oC hasta el momento de análisis. Se realizaron pruebas de ELISA (Enzyme Linked Inmunoabsorbant Assay) en todas las muestras de suero para determinar los niveles de IgM, IgA e IgG. Los resultados demostraron un aumento significativo (P < 0.05) en los niveles de las inmunoglobulinas M y A presentes en el suero de las cerdas madres y los cerditos paridos en el grupo vacunado con la vacuna de E. coli. La inmunoglobulina M, la inmunoglobulina A y la inmunoglobulina G fueron afectadas por una correlación directa con la concentración inicial de inmunoglobulina en el suero de la sangre de todas las cerdas y la concentración inicial tuvo correlación con el número de partos de las cerdas. Los niveles de las inmunoglobulinas en cerditos demostraron un valor significativo de diferencia entre aquellos nacidos a cerdas vacunadas y cerdas no vacunadas. Los niveles promedios de inmunoglobulinas fueron un poco más del doble para aquellas cerdas vacunadas y su progenie. Hubo una tendencia decreciente paulatina en los niveles de inmunoglobulinas durante las primeras tres semanas post - parto, pero esta decadencia fue más lenta en los cerditos nacidos de cerdas vacunadas. Sin embargo, bajo las condiciones de buen manejo e higiene imperantes en este estudio no se encontró ningún efecto positivo significativo de la vacunación en la mortalidad pre-destete, el número de cerditos destetados, el peso corporal al destete o en la incidencia de diarreas. Los resultados obtenidos respaldan la hipótesis que la inmunidad pasiva de los cerditos puede incrementarse mediante la vacunación de la madre antes del parto lo cual debería proveer una protección mayor contra la colibacilosis.